jueves, 22 de marzo de 2007 11:18:19

 

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ACTUALIDAD

ÁrbolACTUALIDAD (22-03-2007)
Fuente: Arq. Ezio Mazzarantani - El Litoral
Día Mundial de la Forestación
En la Argentina se derriba un árbol cada dos minutos
En nuestro país sólo quedan bosques para 28 años más, al ritmo de una tasa de deforestación de hasta 600.000 ha. por año.
 
El censo nacional forestal realizado en las 22 provincias del país por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, la Dirección de Bosques y el INTA, en el marco del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la desertificación, determinó que en los últimos 71 años los argentinos perdimos el 72 % de nuestros bosques nativos.
 
Las estadísticas son alarmantes ya que de 1.100.000 km2 de bosques naturales contabilizados en el censo de 1935 sólo quedan poco más de 310.000 km2 de masas arbóreas. En el año de referencia, el 39 % del territorio nacional estaba cubierto de bosques, hoy la superficie boscosa apenas alcanza al 11 %.
 
Los especialistas comprometidos con la grave situación vaticinan que a este ritmo de explotación, los bosques naturales de la Argentina habrían desaparecido para el año 2035.
 
En la Argentina se derriba 1 árbol cada 2 minutos, 720 por día y 21.600 por mes y dependiendo del tipo de bosque entre 35.000 y 50.000 hectáreas cada 30 días. En nuestro país sólo quedan bosques para 28 años más al ritmo de una tasa de deforestación de hasta 600.000 ha por año. En 1914 existían 106 millones de hectáreas de bosques nativos en el país, los que se han reducido a escasos 30 millones de hectáreas en la actualidad.
 
Argentina fue desde siempre un pulmón verde fundamental del planeta Tierra, sin embargo el país está cambiando las bondades que destacaron su medio ambiente.
 
Todos los años desaparecen 11 millones de hectáreas de áreas verdes boscosas tropicales.
 
En Centroamérica, la deforestación anual afecta entre el 4 y 5%. En el Amazonas Brasileño en los últimos 15 años la deforestación aumentó un 150%. En Sudamérica las tasas alcanzan el 8% anual.
 
Diagnóstico contundente y espectro de causas
El diagnóstico es contundente y el espectro de causas es demasiado amplio.
 
a) La ilimitada explotación forestal, la tala indiscriminada.
 
b) El inadecuado control sobre la industria de la madera.
 
c) Los cultivos de subsistencia.
 
d) Los cultivos de exportación (la expansión desordenada de las fronteras agrícolas) que impulsan la ferocidad de las topadoras decididas a sumar más y más hectáreas para el posterior cultivo de la "salvación económica", el poroto de soja, mal que se expande en todo el país.
 
e) La ganadería, el sobrepastoreo.
 
f) Los proyectos hidroeléctricos y/o mineros.
 
g) La especulación.
 
h) Los incendios forestales.
 
i) Los elevados índices de explotación de recursos, el crecimiento poblacional y la pobreza generalizada son otras de las causas que están llevando al colapso a los bosques y por ende a gran parte de la economía mundial. A esto se suma la necesidad de tierras para el sembrado del maíz y la caña de azúcar para la obtención del futuro biocombustible, el etanol.
 
Los bosques nativos, a diferencia de los bosques implantados, son los propietarios de una biodiversidad vegetal y animal valiosísima en términos genéticos, económicos y ambientales. Entre otras cosas, mejoran el régimen de humedad, contribuyen al asentamiento del suelo y constituyen barreras geográficas fundamentales para prevenir la erosión hídrica, eólica y las inundaciones, jugándose en este empobrecimiento de bosques el 40% de sus especies animales y vegetales.
 
Qué hacer
En la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992 se subscribió la Agenda 21 que establece una declaración de principios para orientar la gestión, la conservación, el desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques esenciales para el desarrollo económico y para la preservación de todas las formas de vida.
 
Se exhorta a todos los gobiernos del mundo para que adopten estrategias para el desarrollo sostenible colocándolos en la vanguardia del proceso de cambio, mancomunando esfuerzos con las organizaciones internacionales, las autoridades locales, regionales, provinciales y estatales, así como las acciones civiles y ONGs.
 
Las normas de conservación y control del aprovechamiento que se aplican en jurisdicciones provinciales son buenas pero no suficientes. El uso sustentable de los bosques requiere un esfuerzo mayor. El concepto de sustentabilidad se afirma mejor si se orienta hacia la búsqueda de la mejor valorización del bosque nativo. Cuando existe conocimiento del mayor valor del bosque nativo es cuando se trata bien el recurso.
 
Únicamente con políticas drásticas con la aplicación de leyes de ordenamiento territorial y con estrictos controles, se podrá proteger y conservar las masas arbóreas existentes, realizando además un profundo trabajo de concientización y difusión implementados a nivel socioeducativo, procurando el ansiado equilibrio, la armonía que conlleva a la mejor calidad de vida que todos anhelamos y merecemos.

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