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ACTUALIDAD (01-04-2007)

Afectados por la inundación

LAS RAZONES DE NUESTRO ATRASO EN LA INFORMACIÓN

El meteoro que abatió nuestra ciudad y gran zona de la provincia santafesina, con desastrosas consecuencias para una gran cantidad de habitantes que vieron cómo condiciones climáticas inusuales e inesperadas destruían bienes que les había costado toda una vida construir o adquirir, también afectó la labor informativa de esta página digital e impidió la normal incorporación de las noticias que, en esta circunstancia, habrían tenido carácter de insoslayables. El agua no perdonó al domicilio de nuestro editor técnico (Webmaster) y le invadió todas las dependencias con más de veinte centímetros de agua en toda la casa.

 

Por eso también a nosotros nos llegó el momento de sufrir las consecuencias de una situación que asoló grandes zonas urbanas y rurales del centro y Sud de la provincia de Santa Fe, y nos obligó a postergar la inserción del material que pudimos ir preparando e incorporando a nuestros archivos pero que recién en esta fecha se nos hizo posible agregar a esta página.

 

Por ello, pedimos disculpas a nuestros lectores por el atraso a que nos vimos obligados a enfrentar, máxime considerando la cantidad de visitas que han registrado nuestras páginas en estos días.

 

Las condiciones meteorológicas perjudiciales que dieron comienzo a principios de esta semana que comenzó el lunes 26 y que fueron pronosticadas hasta el sábado 30 inclusive, causaron anegamiento durante varios días a la mayor parte de las calles de la ciudad, dificultando el tránsito vehicular y peatonal, circunstancia que se vio repetida en las rutas de acceso (Provincial 6, Nacional 19 y caminos rurales, impidió el dictado de clases en los establecimientos educativos de la zona afectada y hasta provocó que la industria de mayor envergadura (Lheritier Argentina y Bessone S.A.) suspendiera su producción mientras permaneciera vigente el meteoro.

 

Hasta ocurrieron daños irreparables en comercios e industrias, afectando instalaciones y maquinarias valiosas a empresas de mediano y pequeño calibre que sufrieron deterioros difíciles de reemplazar.

 

Tal vez haya sido un fenómeno que pocas veces se ha experimentado dentro de la corta historia de esta colonia y obligue a un replanteo en la planificación de las obras de infraestructura que necesita una muy grande región de la pampa húmeda para la evacuación de los líquidos originados por precipitaciones pluviales muy copiosas o por el mismo periódico crecimiento del nivel de los ríos que bañan esta llanura.

 

También es dable pensar que, así como los habitantes de la capital provincial tuvieron un resarcimiento por los daños causados por la inundación del río Salado hace pocos meses y los productores agropecuarios a veces son beneficiados con prórrogas de vencimientos y descuentos sobre tasas impositivas y algún otro eventual beneficio, también los afectados por este factor climático tendrían que recibir una ayuda oficial que le permita resarcirse del daño sufrido, y los habitantes del barrio FO.NA.VI. Oeste, que se vieron tantas veces perjudicados por una construcción a nivel inferior al necesario para viviendas domiciliarias y por posibles desagües insuficientes, sean resarcidos con una construcción acorde a las circunstancias que merece toda persona que habite viviendas construidas con intervención y/o administración de alguna repartición gubernamental.

 

Este es el momento propicio para que nuestros políticos demuestren su capacidad e integridad y devuelvan al pueblo que los votó, con hechos, la confianza que se les brindó al depositar en ellos el voto esperanzador y pongan lo que hay que poner (según expresa la jerga popular) para que, de una vez por todas, no tenga que ser siempre el pueblo el que tenga que sufrir las consecuencias de malas administraciones, errores en el cumplimiento de los deberes de los funcionarios públicos, o simplemente el ‘hacer la vista gorda’ a defectos de construcción, vaya a saber por qué se aceptaron.

 

También es responsabilidad de quienes nos gobiernan el evitar los anegamientos que se están produciendo ante las crecidas de los ríos y las abundantes precipitaciones pluviales, provocando pérdidas materiales irrecuperables en gente de todo nivel de vida, muchos de los cuales no podrán volver a poseer o construir y, lo que es mucho más lamentable, la pérdida de vidas humanas, así fuere una sola de ellas.