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- ACTUALIDAD
(08-04-2007)
- Fuente: Perfil
- Mapa conceptual del
filósofo Tomás Abraham
- Los nuevos fenómenos de la
política argentina
- Democaretismo, pornopolítica, markética y microfascis mo son
sólo algunos de los términos que describe en su trabajo “El
presente absoluto”. ¿Ya pasó el temporal o estamos en el ojo
del tornado?
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- A partir del rescate de sus trabajos editados en medios
gráficos y digitales ente 2001 y 2006, el filósofo argentino
Tomas Abraham se pregunta si la aparente tranquilidad de hoy no
es otra cosa que el maquillaje de una nueva crisis en gestación
o, simplemente, el mismo conflicto de siempre en un período de
reposo.
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- “En estos cinco años han sucedido muchas cosas. Seis o
siete presidentes. Cuando la vorágine no se detiene y hay un
momento de calma, no se sabe si ya pasó el temporal o si
sencillamente estamos en el ojo del tornado”, especula en su
último libro “El presente absoluto. Periodismo, Política y
Filosofía en la Argentina del Tercer Milenio”.
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- Para Abraham, los trabajos recopilados “muestran cómo un
filósofo de vocación, profesión y afición intenta comprende
nuestra realidad como don Quijote los libros de caballería”.
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- “El presente absoluto” (Sudamericana) incluye un Mapa
Conceptual de la política argentina, compuesto por una serie de
palabras jamás invitadas al discurso tradicional del análisis
político. Angostura, fisura, morosidad, ligereza,
contraopinión, crepúsculo, binarismo, microfascismo,
pornopolítica y markética son sólo algunos de los términos
analizados por Abraham.
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- Uno de los fenómenos que destaca en este Mapa Conceptual es
el denominado “democaretismo”. Según explica, surge de “la
bisagra entre los ideales democráticos y la hipocresía”. La
primera se remonta a 1984 cuando “una multitud inesperada de
personalidades públicas se autodesignaran demócratas”,
después de un variado tránsito por los años de la dictadura.
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- La segunda etapa corresponde a la administración Menem
cuando, “una vez derribado el Muro de Berlín y el comunismo
estatal desmembrado, personajes notorios descubrieron que
siempre habían tenido un espíritu liberal y tolerante, sólo
impedido de ser por la disidencia subversiva”.
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- “La tercera - agrega Abraham - es la que se vive hoy, en que
los derechos humanos y las denuncias del régimen de hace
treinta años incorporan personalidades regentes que nunca las
habían denunciado y, en ciertos casos, hasta se mostraron
indiferentes en los años de violencia generalizada”.
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- Para terminar, el filósofo sintetiza que el democaretismo “no
es un fenómeno derivado del pensamiento políticamente
correcto, es una muestra de blanda cobardía y conveniencia”.
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