ACTUALIDAD

ACTUALIDAD (14-04-2007)

Fuente: Exequiel Kay - El Litoral

A 15 días del comienzo de la emergencia

Preocupa lento escurrimiento en campos de San Carlos Norte

Unas 3.500 hectáreas al oeste del pueblo aún están bajo agua. La Ruta Provincial N° 6 actúa como dique de contención y el sistema de drenaje es insuficiente. El ánimo del campo, en la voz de un productor.

 

En San Carlos Norte hasta los tractores se quedan "encajados", como dicen en el campo. Parece mentira, pero a quince días de iniciada la emergencia hídrica en la provincia de Santa Fe, muchas localidades aún padecen sus consecuencias, tristes pesares que prueban tanto la inusitada magnitud del fenómeno como las deficiencias estructurales que impiden mitigar sus efectos.

Al oeste de la Ruta Provincial Nº 6, miles de hectáreas permanecen anegadas, y las aguas escurren lentamente al margen de la misma por la única alcantarilla que hay entre los cinco kilómetros que unen la Ruta Nacional Nº 19 y el distrito de San Carlos Norte. Allí, en ese punto, El Litoral constató la insuficiencia del sistema de drenaje en la intersección de calle San Lorenzo y San Martín, denominación que lleva la ruta en la travesía urbana.

Al ser consultado por esta situación, el presidente comunal, Miguel Gatti, refrendó esa falencia y manifestó su preocupación sobre la lentitud con que se retira la masa de agua proveniente de la zona oeste. Al momento de las intensas lluvias, el pavimento en el sector señalado llegó a tener 10 centímetros de agua, y su escurrimiento fuera de todo cauce provocó la inundación de 14 viviendas y la evacuación de 20 familias.

"En el límite con San Jerónimo del Sauce, hay productores que vendieron sus vacas y cesó la actividad de los tambos. Los cultivos de soja y maíz están muy afectados", resumió Gatti dando una pauta del golpe al corazón de la producción agropecuaria. Y el estado de los caminos rurales no ayuda a salir adelante. "De los 100 kilómetros de nuestra red caminera, no hay un camino que esté bien", lamentó el titular comunal.

Gatti resaltó la asistencia de técnicos del Ministerio de Asuntos Hídricos y de Vialidad Provincial que estuvieron en el lugar para brindar su ayuda y al mismo tiempo constataron la necesidad de obras de infraestructura en esa zona. "Cuando esto se normalice, nos pondremos a trabajar para recuperar nuestros caminos y realizar nuevas obras de arte", dijo el presidente.

Panorama desolador
La permanencia del agua en los campos durante tantos días agudizó el menguado ánimo de los productores locales, particularmente los más pequeños, siempre condicionados para salir a flote y retornar a su vida normal de trabajo.

"Tenemos 40 centímetros de agua alrededor de nuestra casa. Es impresionante", graficó don Alcides Gunter, un colono de 72 años de San Carlos Norte que habló con El Litoral, luego de salir a caballo, con un andar cansino, lleno de amargura e impotencia.

"No le echamos la culpa a nadie porque llovió mucho, pero hace quince días que estamos inundados y no tenemos solución. Queremos que se nos vaya el agua, es una cosa increíble", expresó, desde su pingo a la vera de la Ruta Provincial N° 6. Don Alcides tiene unas 3,5 hectáreas sembradas con soja, su primera vez, después de toda una vida ligada a la producción ganadera. "Menos mal que tengo soja y no tengo animales, porque si no se me mueren todos", sentenció.

Su casa está a unos 200 metros de la ruta y el camino para llegar está cubierto de agua. Sólo hay unos huellones, fieles testigos del paso de tractores, algunos de los cuales entraron pero no salieron fácilmente.

"Hay partes del camino que tenían un metro de agua. Se quedó encajado un tractor y tuvieron que sacarlo con otros dos. No hay forma de pasar. Nunca vimos una cosa así en 40 años", insistió el hombre de campo.

Los chanchos de don Alcides están en una loma, asediados por el agua. Su campo de soja anegado, con magras posibilidades de tener buena cosecha, "porque no hay forma de entrar". Sus gallinas, confinadas a la vida en el gallinero "y el resto de los bichos no quedó ni uno".

Hay bronca
La desesperación de los productores motivó en su momento un intento de corte de ruta para reclamar medidas, con el fin de que el agua escurra más rápido, pero la sangre no llegó al río.

En ese sentido, la bronca está latente, palpable en un par de testimonios que dejaron al pasar hombres de campo de la zona. Mientras tanto, la masa de agua drena lentamente de oeste a este, pasando de esa alcantarilla huérfana como si fuera un embudo, prolongando la angustia de las familias del campo en San Carlos Norte.