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- ACTUALIDAD
(09-05-2007)
- Según un estudio
- Los alimentos, causa del
20% de las migrañas
- Entre otros, frituras,
alcohol, pan fresco y muchas verduras
- Para muchos, tomar jugo de naranja, comer un pancho o
acompañar la carne con ensalada puede ser sinónimo de
migraña, un desesperante dolor de cabeza -muchas veces seguido
de náuseas- que aparece de repente y vuelve insoportables los
ruidos y la luz.
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- Y no es para menos. En dos de cada diez personas que padecen
migraña -en la Argentina afecta a 4,3 millones de personas, en
su mayoría mujeres- puede influir algún alimento ingerido
hasta 24 horas antes.
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- La lista es amplia e incluye alimentos tan variados como
pacientes recurren al consultorio médico. Pero los más
mencionados durante la consulta suelen ser el chocolate, el
alcohol, algún fiambre o queso madurado (azul, brie, tybo o
parmesano), las conservas y los fritos, entre muchos más
insospechados. Entre éstos están el pan fresco o el saborizado,
el arroz, los ravioles y los ñoquis; vegetales como el tomate,
la espinaca, la remolacha y la acelga; frutas como la banana,
los cítricos, los higos y las frutillas; el yogur, la carne
curada o ahumada, y las golosinas dietéticas.
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- “Como no hay ninguna prueba o análisis de laboratorio que
permita diagnosticar la migraña, lo que se hace es eliminar de
la dieta los alimentos sospechosos. Pero esto sólo logra que
las recomendaciones médicas, aunque con buenas intenciones,
priven a las personas de comer alimentos que nada tienen que ver
con el dolor de cabeza", explicó a LA NACION por vía
telefónica desde Córdoba el doctor Federico Buonanotte, jefe
del Servicio de Neurología del Sanatorio Allende, de esa
ciudad.
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- Buonanotte, que es profesor de Clínica Neurológica de la
Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de
Córdoba (UNC), realizó en 2006 un estudio sobre 1200
estudiantes universitarios. Allí, entre otros datos, como el
abuso de analgésicos de venta libre para aliviar los dolores de
cabeza frecuentes, observó que la comida disparaba migrañas en
algo más del 20% de los estudiantes, una cifra similar a la que
se menciona en estudios internacionales publicados.
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- Se calcula que el 12% de la población general sufre migraña
(unos 4.300.000 personas), y que la incidencia pasa del 1,5 al
5,5 por ciento entre los 9 y los 15 años de edad. Si un padre
padece migraña, los chicos tienen un 45% de probabilidades de
sufrirla.
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- "Lo más importante es que la persona con migraña sepa
cómo seleccionar lo que le hace mal y lo evite, pero sin dejar
de comer «por las dudas» otros tantos alimentos -agregó el
experto-. No hay que olvidar que el dolor de cabeza es algo que
los acompaña por años y, cuando el origen es alimentario, los
mismos pacientes enseguida asocian ese malestar con algo que los
descompone. Es la prueba de ensayo y error la que ayuda a poner
en evidencia ciertas comidas."
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- El médico cordobés desarrolló un conjunto de
recomendaciones sencillas y las reunió en el libro Guía
alimentaria para pacientes con migraña (Ediciones del
Boulevard), con 60 recetas "para ayudar a los pacientes a
elegir y saber combinar los alimentos más adecuados", en
lugar de prohibirlos.
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- "La guía es simplemente el resultado de un trabajo que
incluye no sólo a médicos y nutricionistas de la UNC, sino
también a pacientes, y realiza un análisis de la literatura
científica publicada. El objetivo es poner al alcance de todos
un instrumento de prevención fácil de usar", dijo
Buonanotte.
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- Orientación nutricional
- Sin embargo, lo más conveniente es contar con la orientación
de un nutricionista, que retirará ciertos grupos de alimentos
cada 15 días y los volverá a incluir para conocer la respuesta
del organismo.
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- "La mayoría de las veces, los médicos jugamos con lo
que el paciente percibe, que es el que más sabe del dolor
-agregó-. Pero eso es tan individual que es difícil
generalizar las soluciones."
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- No comprender esto es lo que, a juicio del especialista,
justamente hace que los médicos les pidan a los pacientes que
suspendan rápidamente en una primera consulta el chocolate, el
alcohol, los fiambres, los quesos (especialmente los
estacionados), las frituras (por el contenido de grasas
saturadas), las conservas y las comidas "pesadas", un
concepto bastante subjetivo.
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- Sustancias bajo sospecha
- Pero no son los alimentos en sí los que despiertan el dolor,
sino sustancias que comparten, como los nitritos y nitratos, los
sulfitos, el aspartamo, el alcohol, las metilxantinas (como la
cafeína, la teobromina del cacao y la teofilina del té), el
glutamato monosódico (GMS) y las aminas biógenas, que se
concentran en grandes cantidades en los alimentos añejos o
fermentados, el chocolate, los cítricos y el extracto de carne.
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- Aunque con nombres difíciles, la mayoría de esas sustancias,
al menos las identificadas hasta ahora, aparece indicada en las
etiquetas de los productos. Otras, en cambio, toman otros
nombres, como el GMS, usado para mejorar el sabor y el aroma de
los enlatados, dietéticos, congelados y productos de copetín.
Los nombres más frecuentes con que se enmascara son: proteína
vegetal hidrolizada, caseinato de calcio o saborizantes
naturales.
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- Los sulfitos están en los conservantes de los alimentos y en
la cerveza, mientras que nitritos y nitratos son ingredientes de
los conservantes y los fijadores del color y del sabor durante
el proceso de curado de las carnes. "Por temor, las
personas se privan demasiado de ciertas comidas, cuando un
nutricionista puede ayudar a individualizar rápidamente el
alimento que origina el dolor. Lo que el paciente debe hacer es
llevar un registro de las comidas, cuya privación hay que
desmitificar", finalizó Buonanotte.
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