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- ACTUALIDAD
(21-05-2007)
- Al rescate de las palabras
en desuso
- Una propuesta lúdica y
sentimental disparada por un grupo de escritores concita la
atención
- No sólo hay animales y plantas en peligro de extinción: el
vocabulario cada vez más escueto logra que los diccionarios
sean cada vez más flacos. Un portal abrió una convocatoria
para que las palabras no se pierdan. Dio mucho que hablar.
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- Escozor, runrún, tarambana son algunas de las tantas palabras
del idioma español que se están ajando, poniéndose ocres por
ser cada vez menos usadas. Para que estos y muchos otros
vocablos no queden sepultados con el paso del tiempo, el portal
madrileño de Internet escueladeescritores abrió el espacio
virtual Reserva de Palabras para que todos aquellos interesados
en no dejarlas en el olvido.
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- La convocatoria fue realizada entre el 30 de marzo y 21 de
abril pasado, podían participar todo hispanoparlante de
cualquier latitud y también catalanes, ya que esta propuesta
fue dada por la Escuela de Escritores de Madrid y la Escola
d'Escriptura del Ateneo Barcelonés, y, por supuesto, debían
decir por qué la apadrinaban.
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- El alerta sonó al observar que la evolución del idioma, más
que agregar nuevas palabras al diccionario, resultan más
-bastante más- las que calladamente se van extinguiendo hasta
desaparecer de sus páginas.
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- En el mundo hay 400 millones de personas que se comunican en
español, sin embargo, mientras la población aumenta, el
vocabulario decrece. "Reserva de Palabras es un portal
donde asomarse para descubrir algunas de las riquezas más o
menos ignoradas de nuestra lengua, al servicio de quien quiera
encontrarlas y, quizás, revitalizarlas. Un lugar, también,
donde rendirles homenaje", dice en uno de sus ítem el
sitio.
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- Así, sin gran despliegue publicitario, de manera silenciosa,
lograron la participación de 21.632 personas que apadrinaron
más de diez mil palabras y en casi todas se reflejaban una
enorme carga emotiva. Por ejemplo, la mayoría de los que
apadrinaron "gaznápiro", la segunda más votada,
confesaron que se la escuchaban a sus padres o maestros cuando
eran pequeños. "En esa palabra resuenan ecos de mi
infancia cuando escuchaba referencias familiares a personas
palurdas o simplonas", recuerda la chilena Carmen Elías,
una de sus madrinas. El argentino Darién Prado la votó porque
"la palabra me divierte; me trae recuerdos cálidos de mis
lecturas juveniles de los clásicos, y la empleo adrede para
sorprender a mis interlocutores, como una humorada, por
supuesto", mientras que el colombiano Leonardo Bravo
explicó que "es una palabra desconocida para mí, pero con
ella puedo referirme a mis amigos que apenas podrán imaginar su
significado".
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- Lo que podría tomarse como un estudio tedioso, solitario y
riguroso, se convirtió en una propuesta lúdica y sentimental.
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- Quizás, quién sabe, los 21.632 participantes anden
zangoloteando por ahí, armando un zafarrancho con sus palabras
reencontradas y sacudiendo la maula modorra del léxico acotado.
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