ACTUALIDAD

ACTUALIDAD (17-06-2007)

Fuente: Infobae

Monóxido de carbono, la nueva epidemia del invierno

Las víctimas que ese gas dejó en lo que va de 2007 superaron a las de los años anteriores

En las últimas tres semanas murieron 18 personas. Todo lo que debe saber para calefaccionarse sin poner en riesgo a su familia.

 

Un accidente fatal por el gas tóxico cada siete días es lo que esperaban los especialistas, según la media histórica.

 

La primera y más simple recomendación es dejar siempre una ventana o puerta abierta, para que permanentemente se renueve el aire.

 

Cuando se esté calefaccionando un lugar, una ambiente, un aula, un salón o una casa, debe dejarse siempre un espacio por donde entre aire del exterior: una puerta, una ventana, una ventanilla, un ventilete o una claraboya.

 

Una rendija o un simple espacio por donde circule y se renueve el aire es fundamental y puede salvar una vida o evitar una tragedia.

 

También es necesario recordar que los autos producen monóxido de carbono y requieren entonces de ventilación (alguna ventanilla un poco abierta). No es aconsejable dejar el motor encendido y cerrar todo para calefaccionarse.

 

El monóxido de carbono es un gas altamente venenoso que se propaga rápidamente en el aire del ambiente y provoca la muerte en sólo quince minutos.

 

Profesionales destacan que es imposible de percibirlo porque no tiene color, no tiene olor y no tiene sabor.

 

En concentraciones muy bajas, los efectos son cefalea, naúseas, vómitos, debilidad, fatiga y dolores musculares, por lo que suelen atribuirse erróneamente a otras cuestiones.

 

Una de las causas de su origen está en el mal estado de las instalaciones, insuficiente ventilación o instalación de artefactos en lugares inadecuados.

 

Así como también lo es el encendido de fuego, brasas, estufas a kerosene, carbón, leña, hornallas o braseros sin dejar una puerta o ventana abierta, en hogares donde no se utiliza gas.

 

Pese a que en el imaginario popular se piensa que sólo afecta a aquellas personas expuestas por el uso de braseros y en viviendas de condición precaria, los médicos especialistas asistieron a personas o grupos familiares que alquilan una vivienda y no corroboran el estado de funcionamiento de los artefactos de gas como cocinas, calefones, estufas y calderas.

 

Asimismo, personas que calefaccionan los ambientes con el horno, jóvenes estudiantes del interior, radicados en esta ciudad que alquilan en "grupo", empleadas domésticas durmiendo en habitaciones reducidas y sin ventilación, son otros de los que debieron ser asistidos.

 

Permanencia de los calefones en los baños (a pesar de su prohibición de instalación), conexiones clandestinas o reformas edilicias que limitan, obstruyen o no respetan las salidas de ventilación son algunas de las causas más frecuentes de incidentes.

 

Algunos consejos útiles

Existen tres formas básicas de evitar los accidentes: 1- Respeto por las normas de instalación, 2- revisión periódica de los artefactos y 3- dejar un espacio abierto por donde se renueve el aire.

 

* Verifique que la llama de los artefactos sea azul. Si es de otro color (amarillo o tonalidades anaranjadas o rojas) está funcionando en forma defectuosa, produciendo cantidades anormales de monóxido de carbono.

 

* No coloque calefones en baños o dormitorios. En baños y dormitorios sólo pueden instalarse artefactos de tiro balanceado.

 

* El uso de hornallas y hornos de la cocina para calefaccionar el ambiente es sumamente peligroso.

 

* Revisar que pájaros no hayan anidado y obstruido los conductos de salida. Ocurre también que los conductos son retirados para trabajos de limpieza o pintura y que luego no son correctamente colocados y esto, puede ser fatal.